Preparados como guerrilla, los voluntarios de Madrid y algunos burgaleses emboscamos a una columna de infantería francesa en la entrada del Cañón de Río Lobos. Con ayuda de los jinetes dirigidos por el Cura Merino, la columna fue atrapada a la entrada del cañón y tuvo finalmente que rendirse ante el empuje de los españoles. Magnífico fin de semana alojados en un auténtico molino del SXIX en el que disfrutamos de la compañía de buenos amigos y una recreación en un lugar inmejorable.